Perderse en la lluvia

Perderse en la lluvia

martes, 13 de noviembre de 2012

En un abrir y cerrar.


"Esta vez será de manera diferente. Ese "rollo" de siempre ha acabado." Así, por un momento creí que resultaría fácil no recaer, mantener alejado de mi el nudo constante en la garganta, las ganas de llorar, el pánico y toda la mierda que se acumulaba a mi alrededor. Sobra decir que estaba completamente equivocada. Nada se va con tanta facilidad, cuando quieres darte cuenta estás en la situación de meses atrás, con el problema de meses atrás y atada como meses atrás.

Y es aquí dónde se puede apreciar el cambio. Es caída, caída con rasguños incluidos en el pack. Y recuerdos, pero es distinto. No es ni el mismo lugar ni estás con la misma gente. La confianza que te rodea es prácticamente nula, pero es dónde se supone que tienes que estar, dónde según ciertos papeles elegiste estar, y estás. En una sala, con unas ochenta personas a tu alrededor, acompañada y sola. Y cuando la decisión está tomada, sabes que sí, que ya no es propósito sino realidad. Y lo puedes conseguir, no es tan difícil asomarse a la salida del túnel y observar la luz. Es aquí dónde todo ha cambiado. Excepto una cosa, tú.

jueves, 31 de mayo de 2012

Un placer coincidir en esta vida contigo.

Todos los actos traen consecuencias. Y esta vez, sus actos han prendido una llama que ha devorado todo lo que en algún momento pudimos llegar a sentir. Excesivas ganas que lo han devastado todo. Noches, palabras que carecen de valor, dudas. Todo. Las mismas llamaradas que nos hacían ser nosotros, que nos animaban a seguir adelante, nos han reducido a cenizas.

Ojalá pudiese llamarlo rencor. Pero no, no puedo. es rabia. Una mala mezcla entre rabia y decepción. Rabia que sabe a "debí quererte menos". Decepción a "no debiste acabar con esto así". Incluso añadiría arrepentimiento, que sin duda, es la peor parte. Un arrepentimiento que suena a "nunca debí perder el control". Aún así, nunca fue un error.

 Por eso, hoy te digo, que espero que tu verdadera felicidad resida en ella, es algo que digo sin ningún tipo de seguridad. Espero, también que nunca tengas que recoger pedazos de algo roto, de un puzzle que sabes que tiene solución pero a la vista parece imposible. Y de la misma forma, algún día me gustaría decir "te quise", "esa noche disfruté". En pasado y sin heridas. En pasado y con cicatrices.
 No sé si volveré a escribir, volver a escribirte. Sobre todo porque no tengo muy claro que esto no sea el final, nuestro adiós.

sábado, 12 de mayo de 2012

Rojo, pasión, fuerza.



¿Sabes qué? Nunca sabrás el porqué de cuando una mujer se pinta los labios.

Ella se pinta los labios cuando piensa dejar marca de cada bocado que va a darle hoy al mundo y a la vida, labios rojos y brillantes, para sonreír a un día que no está hecho para ella pero que ella hará finalmente suyo. Una mujer con labios rojos para besar, para hacer un beso, para hacértelo a ti.
El día que no se "siente" mujer, por sentirse , y cuando se siente, para hacerlo saber al mundo y a todos. Para decir "mírame" o "tanto hace que no me miras" Se los pinta para ella, para él, para ti ... Hay miles de razones y otras tantas que no se me ocurren. Hoy puede ser por una, por todas o por ninguna de ellas. Una mujer se pinta los labios cuando no puede más, cuando se dice a sí misma "levántate, muévete, adelante", cuando prefiere que miran sus labios que los ojos enrojecidos de llorar.
De una mujer con labios para pintar, igualmente o más bonitos al natural, lo aprendí. De ti, abuela.


"No puedes más? Mentira. Píntate los labios de rojo, a la calle y adelante "

domingo, 29 de abril de 2012

Todo el mundo necesita que lo necesiten, es una necesidad lícita.


Eres mi amigo, mi compañero, eres mi "+1", eres mi "cuanto más azúcar más dulce", eres los postres que haces después de comer aunque ya estás harto, como hundirte más en la cama cuando estás acostado, los nervios de salir a escena unidos a las ganas de saltar al escenario. Eres como un reencuentro inesperado, como un regalo que tampoco se espera, como el lucir del Sol cuando el cielo está totalmente encapotado. Y no te necesito, te prefiero, te quiero tener cerca. Soy terca, muy terca, y yo escojo. Me gusta elegir pero más que tomes tu la iniciativa. Aún así, las necesidades y las dependencias me asustan. No me necesitas, no quiero. Quiero ser el mejor de tus "bonus tracks".


"Cuando te espero no apareces y cuando no te espero, apareces de repente"

lunes, 16 de abril de 2012

La verdad sobre las cosas que nunca dije.

Van siete noches y varias madrugadas, y aún no encuentro las palabras perfectas para decírtelo todo. Que si fue mi culpa, que si fue la tuya, que si fuimos los dos, que quizás si deberíamos hacer esto, que si sería más conveniente lo otro, que si lo suelto reviento, que sino lo digo, que si lo mejor es no decir nada, que si por qué tantas vueltas, que si nos caemos de espaldas de tanto mareo.
Siempre hemos sido así, hay cosas que son como son, pero somos unos inconformistas, por eso no evolucionamos. Soy insaciable lo sé, y puede que a veces me canse sin antes haber comenzado. Normalmente lo hago, pero es que en el fondo nunca me he llegado a creer que entre tú y yo no hubiera ningún inconveniente. Se me hace no pensar en las horas y no darle patadas al reloj. No sé ser paciente  ni no sonreírte aunque quiera hacerlo, porque lo que de verdad quiero es decirte lo mucho que me apetece pasar tiempo contigo, y lo que te odio por estar así, porque sabes que juntos, mejor. Y si esto es un pulso, lo gano, me gusta ganar. Y soy capaz de ser yo misma, de ir a por todas. Soy capaz de decir las cosas tal cual son, porque si algo he aprendido es que no sirve de nada las vueltas que des, ni las cosas que por miedo no has dicho a lo largo de los años, porque al final, el tiempo vuelta. Y nos olvidamos, nos olvidamos de las veces que nos tragamos nuestro orgullo e hicimos algo que no queríamos.

domingo, 15 de abril de 2012

Ni adiós, ni hasta pronto ni siquiera hasta mañana.

Podría hablarte de demasiados principios de esta carta. Llevo mucho tiempo pensando en cómo debería de empezar a escribir esto. Te he escrito miles de cartas de despedida, pero sabes tan bien como yo, que simplemente eran hasta luego, que solo era un puñado de palabras bonitas que debías recordar hasta que volvieras a mi lado, quizás por eso esta nunca te llegó, quizás por qué odio las despedidas, quizás por qué no puedo contarle a una carta todo lo que te diría con solo un beso. Me he enterado de que finalmente te fuiste para luchar por tus sueños, para llegar a ser el hombre del que siempre me hablabas, de que harías lo que sientes en cada momento. Siempre supe que esos sueños te alejarían de mí, y nunca serías capaz de renunciar a ellos por mí.
Te conozco demasiado, y sé que seguramente no serás capaz de contestarme. Que pareces muy feliz siendo "otro" y que en ese otro no hay hueco para mí. Quiero decirte que no te odio, o eso creo, que desde el primer momento supe donde me metía, que desde el primer momento sabía que esto no iba a acabar bien, que en nuestro camino no había sitio para "para siempres". También creí que nunca llegarías a ser ni la mitad de importante que en realidad fuiste, pero es que con cinco segundos de tu tiempo, tenía suficiente. Quizás al igual que me equivoqué en eso, lo hice en otras ocasiones, quizás si exista un futuro cercano contigo, quizás no seas feliz en la vida que llevas, y quizás diciendo lo que dices lo que verdaderamente quieres es ocultar la verdad.
Y no sé despedirme de ti, no sé romper las fotos que no tenemos, no sé “cerrar una puerta y abrir otra”. Y no quiero hacerlo, no quiero hacer como si nada, no quiero. Hay tantas cosas que quiero contarte, necesito un amigo, te necesito a ti, tener un día de tu vida, uno. Pero sé que prefieres pensar que no me lo merezco, y que no me lo darás. Así que tengo que conformarme con que durante estos minutos, pienses en mí, pienses en ese nosotros teóricamente esfumado.

miércoles, 11 de abril de 2012

Todo lo que podríamos haber sido tu y yo si no fuéramos tú y yo.

El invierno aquí, en Madrid, empieza a decirnos adiós, aún así, el frío sigue paseando por las grandes avenidas de esta enorme ciudad. Y cada mañana, con el vaso de café, leche y dos azucarillos, la bufanda color mostaza, seguía recordando su voz, el olor de sus camisetas básicas, las negras sobretodo. Habían pasado casi dos años desde la última vez que nos vimos, y después de todo este tiempo a pesar de los cientos de giros que había dado mi vida buscando un rumbo que me asegurara una pizca de felicidad me seguía acordando de él, al menos una vez a la semana, los domingos los que más. Seguía pensando que el lunes volvería a ver los ojos impregnados de sueño. Creía que me había olvidado de algunas cosas, de los pequeños detalles. De sentir, a veces. Pero parece que no, a pesar de que la memoria sea una máquina defectuosa. Hay experiencias inolvidables por lo que fueron y por quienes las compartieron.

martes, 6 de marzo de 2012

Lo que todos saben.

La gente que me rodea es una sociedad orgullosa de lo que son, de destruirse unos a otros, con el único fin de destacar, sin importar a quién influyan sus actos y si existe algún tipo de repercusión, una sociedad donde el egocentrismo es la razón de su mísera existencia. Y días como los de los últimos días me hacen ver que vivo entre verdaderos animales, a los que solo les importa las apariencias, sin darse cuenta de su putrefacto interior, el que tapan con una gruesa capa de falsedad. Todo lo que me rodea, es inautenticidad, supuestas cabezas “pensantes” vacías de personalidad. Vivo en un lugar cuyas personas con un bondadoso interior son un simple asfalto que la gente pisotea y machaca hasta conseguir reducirlas, destrozarlas, hacerlas sentir como seres inferiores.
Estoy harta de escuchar lo mismo una y otra vez, una cantidad innumerable de ideas absurdas cuyo fin es conseguir manipulación, de tener que seguir patrones para ser aceptada en la sociedad cruel, sin escrúpulos enamorada de su propio reflejo que no es más que propia invención suya.
Y estos últimos segundos me sirven para conseguir encerrarme entre mis propios criterios, apartada de toda esa gente que quiere ser algo por los demás y no por ella misma, realmente prefiero ser la Sra. Nadie a la popularidad con piernas. Una mujer solitaria, de corazón protegido contra el dolor, por miedo a que finalmente la superficialidad domine los sentimientos y los pensamientos propios.
El amor ya no existe, es solo una mecánica del cerebro regida por lo bella que aparente ser una persona, donde las palabras son vacías, escasas, donde el sexo es lo único que los llena, demostrando así de nuevo como nos estamos convirtiendo es simples animales de mente y corazón vacío.
La amistad tampoco es lo que era, la gente se manipula, se van cambiando aspectos de otras personas para complacer nuestras necesidades, robándoles la personalidad y convirtiéndolas en simples juguetes que acaban tirando por esa monotonía que ellos mismos les implantaron.
Sonrisas falsas que recibimos diariamente y al descubrir su verdadero significado se clavan en lo más profundo de tu ser, rompiéndote completamente e impidiendo levantarte, atándote al dolor de la más horrible de las maneras.
Espero que la gente verdadera siga existiendo, que resista a la presión, que no se deje sucumbir por sus imperfectas ''vidas perfectas'', recuerda que no son más que mentiras y falsedades, ten cuidado, no seas uno más de ellos.

domingo, 26 de febrero de 2012

Nunca sabes dónde puedes terminar, o empezar.


Cuando no tienes nada que decir, ¿qué se supone que debes contar? Quizás sea porque no es necesario, o porque ni el momento ni el lugar ni la hora son adecuados, o simplemente porque ya lo has dicho todo. Porque el vacío de palabras es directamente proporcional al número de ellas que dejaste que se escaparan por tu boca los días anteriores. Y es así, no defiendo ni ataco, está todo más que asumido. Luchar por cambiar de opinión no sirve de nada, el tiempo corre mil veces más rápido que cada uno de nosotros, y más ahora, que estamos a leguas de distancia.
Ya no busco culpables, la culpa está echada por mi parte. Ahora, el resto de minutos pueden pasar por ti, por mí, por ella y por el resto de cabezas mediopensantes de nuestro alrededor. La suerte está echada, y mientras a seguir con el propósito de dejar de desperdiciar mi tiempo.

martes, 21 de febrero de 2012

Nadie dijo que ser princesa fuera fácil.



Ella siempre quiso ser princesa. Pero no de las princesas con vestido rosa, zapatos de cristal, no necesita volar sobre la alfombra mágica, ni despertarse con un beso, ni tener que ir a por manzanas al bosque. Ella quiso tener un pelo ondulado, morena y con la tez blanca, quiso tener una mirada diferente, unos ojos llenos de ilusión, ser soñadora.
Quiso un príncipe, no ranas. Quiso tenerlo todo, quiso ganar y nunca perder. Y tanto quiso, que el país de Nunca Jamás se le quedó pequeño. Después de eso, ya no le quedó nada. Nada ni nadie.

miércoles, 1 de febrero de 2012

No quiero ni que te vayas, ni que vuelvas.


Siempre es la misma reacción:
Mientras unos vienen, otros se van.


El andén está vacío, se oyen las pisadas de la gente buscando las puertas de embarque. Cada uno con su maleta de recuerdos, con ganas de dejarselos en algún lado. Rebuscando en sus bolsos los tickets, y el sonido de las teclas del móvil al escribir un mensaje de despedida. Conversaciones que se oyen efusivamente (con familiares, amigos, amigos especiales,etc...) en la lejanía.
La gente huye, corre hacia ningún lugar y buscan horarios. No encuentran el momento en el que las puertas se abran para dar la señal de salida. Ansiosos, con ilusión y tristeza de por medio.  Preparan sus pies, a punto del disparo alertador. No consiguen situarse, están aturdidos de dar tantas vueltas y no conseguir ningún momento en el que parar y tomar aire. Una vez quietos todo comienza, ahora no están esperando nada de nadie. No quieren nada, ni lo buscan. Ya están preparados, ahora es cuando sus pies no sólo corren sino que además vuelan.

domingo, 29 de enero de 2012

Everything you want.

A cada rato reprimía ese impulso de saltar sobre la hoja de papel y soltar todas las cosas que llevaba dentro de la mejor manera que sabía. Pero no quería recordar, y sabía que lo acabaría haciendo y, como no, que todos y cada uno de sus recuerdos llegarían hasta la misma persona.
Lo ocultó casi como si no hubiera existido, a pesar de que sabía de sobra que todo lo vivido había sido completamente real. Se encerró en sí misma e intentó olvidar al mundo pero, sobre todo, olvidar todos y cada uno de los momentos a su lado, por muy perfectos que fueran.
Casi parecía que lo lograba, estaba olvidando. Eso pensaba cada día pero, al caer la noche descubría una almohada mojada, llena de sus propias lágrimas que había derramado por su ausencia. Esa ausencia que aún la quemaba por dentro y le hacía daño.
No fue fácil pero al final lo consiguió. Acabó por convertirle en un eco de su pasado que aparecía de vez en cuando en su presente sólo porque ella lo permitía. Un juego. Porque si ella no quería llorar no lo iba a hacer, y si no quería pensar en él tampoco lo haría.
La llamaban ingenua pero no les creía. Prefería engañarse pensando que lo había olvidado o, más bien, que lo había moldeado a su desastroso presente y encajado de cualquier forma antes que admitir que, a pesar del tiempo, seguía pensando en él de la misma manera que entonces.

domingo, 8 de enero de 2012

De aquí a mañana sólo son unas horas.

"Dentro de unos meses estaremos en caminos diferentes: ella en Letras y yo en Medicina. Ella quiere ser escritora, poner el mundo en una hoja de papel, negro sobre blanco. Yo no, yo no soy tan valiente. Ya no nos veremos todas las mañanas, tampoco tendremos tanto tiempo para ir a comprar ropa y zapatos a Cola di Rienzo, para ir al Adriano.
Y ella conocerá otra gente, otros mundo. Quizá yo también conozca otros mundos; pero ahora no, ahora me resulta imposible imaginarlo.
¿Cuánto duraremos? ¿Un mes? ¿Un año? ¿Toda la vida?
Pero vale la pena. Ella y yo, aunque sea una hora.
¿Cuánto duraremos? No lo sé, el mundo es raro; se ensancha, se estrecha y luego se vuelve a ensanchar, y tú nunca puedes estar seguro de que conseguirás estar bien dentro de él.
Pero cuando consigues estar agusto, tienes que robar toda la vida que puedas. Y reservar un poco aparte. Porque quizás, un día, cuando necesites recuerdos, te irá bien ese soplo de vida y te gustará encontrar un poco de arena en el pelo. Y te pondrás allí, a acariciar tu corazón y a dejarlo hablar."


Las estrellas se pueden contar.

sábado, 7 de enero de 2012

Buenos días, con el café de las diez.



Contempla el techo, la persiana está bajada impidiendo que el sol de la mañana entre, pero algunos pequeños rayos traviesos se cuelan iluminando sus ropas esparcidas por el suelo.
Sonidos de coches, arrancando, y pájaros llegan desde el exterior.

Se enciende un cigarro le da una calada y vuelve a mirar al techo.A ella no la gusta que fume en su habitación, porque luego el olor se pega en todas partes. Pero ella duerme, asique no lo sabrá, y cuando se despierte él ya se habrá marchado. Da otra calada a su cigarrillo, y la mira.
Su cuerpo inmóvil y desnudo a su lado, su espalda destapada, una espalda suave, el pelo moreno extendiéndose sobre la almohada despeinado. Es muy guapa, piensa él, incluso podría llegar a enamorarme de ella. Da otra calada a su cigarrillo, sonríe y niega con la cabeza. No, yo nunca me enamorará de nadie, piensa y sonríe orgulloso.

Ha habido muchas mujeres en su vida, y él sabe que pude tener las que él quiera, en su cama, en sus brazos, mujeres muy bellas y bonitas, mujeres delgadas, y gordas de todos los tipos, pero nunca conseguirá
conseguirá amarlas, él sabe que nunca amara a nadie, que nadie aparte de su mejor amigo le importara, nunca, nadie.

Ellas.

Las fotografías no son simples trozos de papel con una imagen, no, son las únicas capaces de parar el tiempo, de congelarlo para que tengamos ese momento toda nuestra vida, para que nunca lo olvidemos, para que ese instante dure para siempre. CLICK

miércoles, 4 de enero de 2012

Alguien que deja huella.

Cuando decides no seguir, en los momentos que todo lo ves cuesta arriba aparece la chica que, al final de cada día, acaba sentada conmigo en una parada de autobús. La misma que es maniática, tiene un orden peculiar y con una chica con la que estaría encantada de pasar el resto de mi vida. Y ya sea en esa misma parada, en cierto rincón de Madrid donde con un té echamos la tarde o en la misma calle, te mira a la cara, y te dice: "Venga, que hay que continuar", te tiende la mano y poner la mejor de sus sonrisas.

No pretendo recordarte nada, ni siquiera leerte la lista de motivos por las que eres más que una parte de mi vida. Porque después de catorce años, 5110 días y millones de minutos contigo, me quedo con lo mejor, tu compañía.