Perderse en la lluvia

Perderse en la lluvia

jueves, 31 de mayo de 2012

Un placer coincidir en esta vida contigo.

Todos los actos traen consecuencias. Y esta vez, sus actos han prendido una llama que ha devorado todo lo que en algún momento pudimos llegar a sentir. Excesivas ganas que lo han devastado todo. Noches, palabras que carecen de valor, dudas. Todo. Las mismas llamaradas que nos hacían ser nosotros, que nos animaban a seguir adelante, nos han reducido a cenizas.

Ojalá pudiese llamarlo rencor. Pero no, no puedo. es rabia. Una mala mezcla entre rabia y decepción. Rabia que sabe a "debí quererte menos". Decepción a "no debiste acabar con esto así". Incluso añadiría arrepentimiento, que sin duda, es la peor parte. Un arrepentimiento que suena a "nunca debí perder el control". Aún así, nunca fue un error.

 Por eso, hoy te digo, que espero que tu verdadera felicidad resida en ella, es algo que digo sin ningún tipo de seguridad. Espero, también que nunca tengas que recoger pedazos de algo roto, de un puzzle que sabes que tiene solución pero a la vista parece imposible. Y de la misma forma, algún día me gustaría decir "te quise", "esa noche disfruté". En pasado y sin heridas. En pasado y con cicatrices.
 No sé si volveré a escribir, volver a escribirte. Sobre todo porque no tengo muy claro que esto no sea el final, nuestro adiós.

sábado, 12 de mayo de 2012

Rojo, pasión, fuerza.



¿Sabes qué? Nunca sabrás el porqué de cuando una mujer se pinta los labios.

Ella se pinta los labios cuando piensa dejar marca de cada bocado que va a darle hoy al mundo y a la vida, labios rojos y brillantes, para sonreír a un día que no está hecho para ella pero que ella hará finalmente suyo. Una mujer con labios rojos para besar, para hacer un beso, para hacértelo a ti.
El día que no se "siente" mujer, por sentirse , y cuando se siente, para hacerlo saber al mundo y a todos. Para decir "mírame" o "tanto hace que no me miras" Se los pinta para ella, para él, para ti ... Hay miles de razones y otras tantas que no se me ocurren. Hoy puede ser por una, por todas o por ninguna de ellas. Una mujer se pinta los labios cuando no puede más, cuando se dice a sí misma "levántate, muévete, adelante", cuando prefiere que miran sus labios que los ojos enrojecidos de llorar.
De una mujer con labios para pintar, igualmente o más bonitos al natural, lo aprendí. De ti, abuela.


"No puedes más? Mentira. Píntate los labios de rojo, a la calle y adelante "