Perderse en la lluvia

Perderse en la lluvia

lunes, 23 de agosto de 2010

Buenas tardes, amigo

Y pensaba que llegaría el día en el que nos chocáramos, después de un tiempo sin saber nada uno del otro, me preguntarías si todo me iba bien y me dijeras "te echo de menos". Así estuve días, meses, prácticamente un año. Un miserable año detrás de ti, intentado que te dieras cuenta de que existía, que odiaba la idea de que todos aquellos recuerdos se pudieran haber borrado de tu cabeza, que dejaran de existir... Lo único que tenía, en realidad, tengo ganas, es, que al verte conectado como siempre, llegarte a decir, "Hola, soy Ana y sigo aquí, ahh! y te echo de menos". Hay algo que tengo claro, todas esas ideas acerca de volver a ser algo tuyo, es algo realmente imposible. Una lástima, ¿verdad?

jueves, 19 de agosto de 2010

Pasado.

Buscabas encajar, buscabas que te entiendan, buscabas silencio y a la vez ruido. También necesitabas que te oyesen pero que no te escuchasen siempre, ya que tenías claro que a lo largo del día podrías llegar a soltar un considerable número de estupideces. Llegó un punto en que la única cosa que te consolaba era salir a la calle, sentarte en el blanco donde hace años se sentaba tu abuela para verte jugar; comprarte un paquete de pipas y dejar libre durante unos minutos tus sentimientos, dejar de mentirte, sentirte plenamente feliz, estar orgulloso de todo lo has podido lograr. Siete minutos cada día eran suficientes, tras de una larga jornada. Y ahora, recordándolo años después, te das cuenta de que eras lo increiblemente insensible para no intentar lograr que esos siete minutos se convirtieran en 24 horas.

martes, 17 de agosto de 2010

Maldito 13 de julio.

Cada día puedes mirar atrás, y ves aquellos momentos en los que lo único que querías era mostrar esa sonrisa que reflejaba tu felicidad porque eras feliz, realmente feliz, e intentas que por nada del mundo se borren de tu cabeza que sigan ocupando su sitio.
Y el tiempo pasa, y evitas no olvidar nada, recordar aquellas tarde antes de partir a un lugar más lejano del que días atrás habías vuelto, cada uno de los besos, y las miradas, pero sobretodos las colonias esos olores que se convierten en especiales al recordarte.

Al fin y al cabo, sólo es un día más. ¿Tú lo recuerdas? Yo quizás no debería

domingo, 15 de agosto de 2010

Dichosa rutina.

Lo mismo que todos los días. No sientes nada, ni un miserable rastro de todo lo que creías inmortal. Abres los ojos y no hay nada nuevo, absolutamente cada cosa que ves te resulta monótono: las mismas formas, los mismos colores, posiciones, defectos, personas, detalles, sentimientos... Sin cambios.
Caminas hacia nada, tus piernas son las únicas que responden. ¿Y qué con eso? No hay rumbo, destino, punto de llegada. No hay. La gente habla y te comes el más aburrido discurso de cada día: bla, bla, bla... nada continua, nadie escribe lo que dice, a las palabras el viento se las lleva de viaje, sin regreso.Un tiket que no incluye vuelta atrás.
Así de simple volvemos a ser los mismos. Nos olvidamos porque nada nos marca, todo nos hace reflexionar. La misma y estúpida rutina: hoy sí, mañana no; mañana no, hoy sí.

¿Y dónde quedas tu? Sencillo, en tu memoria. Y si te has olvidado, simple, desapareciste.

Ella.

Me hicieron falta dos palabras. No le había visto nunca, únicamente dos o tres fotos que llevaban toda la vida pinchadas del corcho. No sé ni por qué ni cómo llegué un día a saludarle, decirle cuánto tiempo hacía que no tenía ni una pequeña noticia acerca de su vida, que echaba de menos aquellas charlas a través de toda la tecnología de la época. Me contestó con pocas palabras, con lo mínimo. Creo que se dio cuenta fácilmente que necesitaba desahogarme. Posiblemente no supiera nada de mi pasado, pero en ese momento se limitó a escucharme, a darme ciertos consejos básicos y conseguir lo que tanto tiempo atrás yo andaba buscando.

Al fin y al cabo lo has hecho.

Ya lo tienes todo claro?
Según como eres tú, seguro que si. Te creeras que lo sabes todo, incluso aquel futuro que lo único que hace es convertirte en esa persona ambiciosa, que tan poco me gusta.
Pretendes entender todo aquello que no es de tu incumbencia, y lo que es.
Y lo peor, es que haces que cada día yo me pierda más, que pasen cada uno de los minutos y solamente mi cabeza esté ocupada de grandes y asquerosas dudas. Aquellas que hasta dentro de mucho tiempo no van a conseguir que llegue a nada, que eche de menos ciertas épocas y que evite sentirme bien completamente.
Lo siento, pero te toca entender que cada día das un paso atrás en mi confianza, en todo el cariño que he sentido hacia ti, esas ganas de verte.

Y poco a poco, te darás cuenta de que esos secretos no te van a servir de nada.

Recuérdalo.

No sé muy bien en que punto de mi vida me encuentro. Ni siquiera reconozco el camino que debo seguir. Tampoco sé donde te encuentras tú, tengo una pequeña idea de a veces te siento lejos, lejísimos y las otras, cerca, a mi lado, donde deberías estar siempre.
Lo que no entiendo es cúal es el motivo por el que te vas, pareces huir de algo pero también a la vez te das cuenta de que te alejas de eso que meses atrás era posiblemente imprescindible. ¿Por qué lo haces? ¿Esa es tu verdadera manera de actuar?
Y conoces perfectamente lo que ella piensa, sabes que siente que ha perdido todo, de que te ha perdido a ti.
Te toca mover pieza, elegir seguir el mismo camino, ser aquella persona que a tanta distancia de nuestras familias supiste como evitar que sintieramos la soledad, apoyarte en nosotras y utilizar la palabra amistad.
Recuerda las mil promesas que hicimos, aquellas estúpidas miradas, los sinceros abrazos.. Recuérdalo todo, evita que no se te olvide conocer cada una de las reglas del juego, ya que podías llegar a perder y nosotras también.

Te echo de menos.

Puede que sea una de las miles de personas que han pasado por mi vida, han permanecido un tiempo y se han ido, diciendo adiós. Tal vez nadie pueda ver cada uno de los detalles que ha hecho que me fije en ella, que cada una de sus palabras me lleguen realmente al corazón, y que sus experiencias sean para mi algo más que las típicas hazañas que te cuenta una persona para conocerla. Lo más posible es que sea una mujer sencilla, que tenga su trabajo, su casa, que haga la compra todas las semanas y le encante charlar. Pero aquella mujer, es la que a día de hoy me ha dicho, por activa y por pasiva, que tengo que aceptar la soledad, que no la tenga miedo, que quizás algún día sea mi compañera de vida. También , otro de los días aprendí que no todo es lo que aparentes, que eso es una simple fachada que algún día se romperá, desaparecerá o simplemente se caerá por su propio peso. Y los complejos, cada una de las inseguridades que recorren mi cuerpo. Tengo claro que hay mucho más allá aunque realmente no me consuela, pero nadie se puede detener a cambiar el mundo, yo tampoco y menos ahora.

¿Final?

¿Qué todo tiene su fin? Triste pero cierto. ¿Qué solo somos felices por momentos? Cierto también. Pero es verdad que si vives cada segundo como si fuera el último siempre puedes ser feliz. No merece complicarse la vida de la manera que muchas veces lo hacemos, porque vida solo hay una, no más. Es cierto que si no apuestas no pierdes, pero nunca ganas. En la vida hay que jugársela siempre, merece más la pena arriesgarlo todo a quedarte con las ganas de saber cómo habría sido todo. No dejes escapar la ocasión, porque la vida no da segundas oportunidades tienes como oportunidad cada segundo que pasa y una vez a pasado no hay vuelta atrás. ¿Y a caso no es mejor un tiempo de pasión, aunque luego todo termine, a la mera sensación del vacío?

Te estás dando cuenta tu mismo, que por mucho que corras, el viento lleva un sentido que hace inevitable ir en su contra.

Again.

Nos volvimos a encontrar. Era una tarde realmente acalorada, después de todo lo que había pasado no habíamos encontrado un momento para tener unas mínimas señas de que seguía nuestra vida, que a pesar de que todo hubiera acabado algún día nuestras miradas se volverían a cruzar. Y si, pensé que aunque te volviera a ver no me costaría dedicarte un "Hola, como estas.." o algo similar. Justo, en ese momento te vi aparecer detrás de un antiguo muro de ladrillos, con tu bañador de flores hawainas y tu nuevo corte de pelo. Seguías prácticamente igual que la última vez, sin embargo, había algo en ti, o en nosotros que había cambiado. Hombre, está bastante claro que la relación existente en este momento no era ni por asomo la que habíamos compartido meses atrás.
Sinceramente, no entiendo por qué te molestaste en decirme "Hola, vengo a saludarte" o en esos dos besos que me diste, con ganas pero fríos y en hacer como si nada pasara.
Y, ¿sabes lo peor? Que para mi, este encuentro fue algo más que un simple cruce de tres o cuatro frases después de cierto tiempo pasado. Y ahora, me doy cuenta de que aún sigo recordando cada momento que pasaba a tu lado, contigo.

lunes, 2 de agosto de 2010

H.

Te echo de menos. Sí, tengo que dejar de afirmar que formas parte del pasado, que he logrado olvidar a qué sabían tus besos, que todo lo que fuimos sigue siendo algo presente en mí. Y lo peor, te estás convirtiendo en la persona que me dijiste que nunca serías, te mueves por el "que dirán" y ese punto que te hacía realmente único parece que se hace cada vez mas minúsculo al lado de toda esa mierda. Pero te quiero, me encanta saber lo que haces, con quién, me gusta tener la duda de que aún te acuerdes de mi, de que fuera una persona tan especial para ti como lo eres tu para mi. Y lo siento, porque esto algún día debería decírtelo, sólo como boletín informativo. Tal vez, para intentar comprobar que tu también puedes sentir algo parecido.