Perderse en la lluvia

Perderse en la lluvia

domingo, 15 de agosto de 2010

Dichosa rutina.

Lo mismo que todos los días. No sientes nada, ni un miserable rastro de todo lo que creías inmortal. Abres los ojos y no hay nada nuevo, absolutamente cada cosa que ves te resulta monótono: las mismas formas, los mismos colores, posiciones, defectos, personas, detalles, sentimientos... Sin cambios.
Caminas hacia nada, tus piernas son las únicas que responden. ¿Y qué con eso? No hay rumbo, destino, punto de llegada. No hay. La gente habla y te comes el más aburrido discurso de cada día: bla, bla, bla... nada continua, nadie escribe lo que dice, a las palabras el viento se las lleva de viaje, sin regreso.Un tiket que no incluye vuelta atrás.
Así de simple volvemos a ser los mismos. Nos olvidamos porque nada nos marca, todo nos hace reflexionar. La misma y estúpida rutina: hoy sí, mañana no; mañana no, hoy sí.

¿Y dónde quedas tu? Sencillo, en tu memoria. Y si te has olvidado, simple, desapareciste.

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