Perderse en la lluvia

Perderse en la lluvia

jueves, 30 de septiembre de 2010

No estamos para perder tiempo.


Esto no está hecho para mi. En su día nací, automáticamente se me atribuyeron funciones, con el fin de realizarlas, bueno, antes de eso tendría que averiguarlas. En estos momentos muchas de ellas creo que siguen en búsqueda y captura. Completamente desaparecidas.
Y días tras día cambias, te alejas de ciertos puntos, puntos que pueden serlo todo o quizás nada, pierdes motivos y confianza, a cambio ganas sabiduría y un poco de madurez que nunca viene mal. Te apetecen cambios, pero ante todo no quieres perder tu esencia (una lucha constante entre existencia-esencia, para variar). Ser tú, con cambios. Basarlo todo en momentos de éxtasis, risas y dulces miradas, si sobretodo, miradas y ganas de jugar, todo sin olvidar las funciones por las que estás aquí, si hay alguna porque yo a veces lo dudo.
Realmente lo único que quieres es mudar la piel y yo ya me he puesto en marcha.

miércoles, 29 de septiembre de 2010

No engañes, no te engañes.

Tenía un brillo especial en los ojos, sus palabras sonaron realmente bien.

- La quiero, la quiero como nunca he querido a una persona. Me encanta su forma de hablar con ella, cuando se acerca a mi mesa y me cuenta cada una de sus batallitas, que si la tarde de compras, que si el chico al que tanto adora no la hace caso. Así diariamente, cuenta conmigo, me recuerda lo especial que llego a ser.

- Sabes que lo que hace es por una mentira, posiblemente ese cariño venga por mostrarle alguien que no eres. Esto no te va a llegar a ningún lado.

- ¿Por qué me desanimas a seguir con esto? ¿Acaso tú no has sentido algo similar? ¿No has sentido que esa persona que tanto quieres ni siquiera te mira?

- Realmente lo he sentido más de una vez, por eso te digo que no funciona. No puedes pretender que le gustes por alguien que no eres. Es sencillo, sin ser tú mismo no vas a llegar a ningún lado. Ahora te toca elegir, el fantasma de Diego, o Diego.

domingo, 26 de septiembre de 2010

Hoy no te voy a contar nada nuevo.


Mi sonrisa es bonita. Soy extremadamente insoportable cuando quiero. Y muy cabezota. Soy una persona de extremos. Pienso demasiado (o demasiado poco, depende). Aunque lo pueda parecer, no me suelo rendir. Soy bastante paranoica y algo tonta. Me contradigo a menudo. Me siento ofendida con facilidad. Sigo siendo una niña en muchos sentidos. No me gusta tomar decisiones. A veces me puede el miedo. No siempre sé demostrar ciertas cosas. Me equivoco muy a menudo. Me arrepiento de un montón de cosas. Hay días en las que me siento sola, y días en los que quiero estar sola. Soy un poco ego. No soy conformista y a veces exijo demasiado. Debería aprender algunas cosas. La indecisión es muchísimas veces mi fiel compañera. Me gusta demasiado recordar incluso a veces vivo en el pasado. A veces puedo llegar a marear. Tengo ganas de hacer muchas cosas, y no siempre me atrevo. No me gusta no llevar la razón. Me vengo abajo cuando las cosas no salen como esperaba. Espero, espero demasiado. Me agobian con facilidad algunas personas y algunas situaciones, y no sé llevarlo. No soporto la falsedad. Doy demasiada importancia a cosas que no la tienen. Me da miedo la oscuridad. Me cuesta adaptarme a los cambios. Soy impaciente. No me gusta la lluvia.

No exijas perfección.

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Evitaré tu huída.

Corres cuando ves que no tienes escapatoria, que la vida se te irá en la última parada que hagas para coger aliento, mientras dure tu marcha. Corremos hacia el inevitable destino, aquél que nos robará el suspiro final sin ni siquiera preguntarnos si estamos de acuerdo. Lo peor, que tú eso ni siquiera te lo planteas, te limitas a huir y después a contar una lista larga de errores. Corres por evitar tomar decisiones y sin darte cuenta estás tomando una que te lleva a ningún lugar. Tampoco te estoy diciendo que sea malo, ni siquiera que es algo bueno. Te lo digo para que reflexiones, para que en la última parada dejes tu mente abierta, y ten claro que lo primero que aparezcas es aquello que yo que tú perseguiría. Es un consejo. Aunque el último es este, quizás egoísta.Deberías quedarte. Venir, conmigo.

martes, 21 de septiembre de 2010

No te preocupes, ya soy yo la que dice adiós.

Hola, querido mundo.
Volvemos a estar rodeados de mentiras, de creer en algo cuando tenemos la certeza de que no hay nada, es puro vacío. No pretendo entenderlo, ni siquiera de que me entiendan ellos a mí. Es algo sucio y poco productivo. Toca dejar de hacer ese tipo de estúpideces y dedicarse a lo que merece la pena, tú por el momento no, por supuesto, tu vaivén de ideas es algo que aún me gusta menos que tu hipocresía.
Sólo me queda observarlo todo. Miraré la calle horas tras horas, escucharé por donde van los pasos, buscaré sitios oscuros con cortas pero intensas miradas. Y haré una última cosa, bajaré y escavaré un agujero, tan grande para meter toda la mierda. Todo sea por liberarse e intentar olvidarlo. Pero hoy no. Quizás mañana o al otro porque hoy es el día en el que el mundo me queda grande, tal vez solamente sea por cómo ha salido hoy la luna, pero me voy, volveré pronto, no me eches de menos entre la multitud. Al fin y al cabo soy una más.

domingo, 19 de septiembre de 2010

Si sigue ahí, lo evitaremos.

Te echo de menos. Es así. Querría estar más cerca de ti, conocer a la perfección cualquiera de tus movimientos, saber que las promesas siguen en pie, no te irás y seguirás al otro lado del telefóno. No estaría nada mal tumbarse en un césped cualquiera, a tu lado, haciendo que cada uno de tus besos sean mi compañia, recorriendo tu cuerpo con mis manos a base de caricias, notar tus manos mientras se mueven por el mio. Tentación. Disfrutar. Complacer todas esas ganas. Ganas de ti, ganas de congelar segundos, ganas de sentir, ganas de libertad. Y mucho juego, juego de miradas, juegos de rozar tus labios, juegos de susurrarte al oido. Te contaré mil y una historias, mi boca hablará de todo lo que mi cabeza piensa, hasta de minúsculas cosas que circulan sin motivo alguno. Se mostrará todo. Todo, pero sin ella.

sábado, 18 de septiembre de 2010

De camino, llegaré.

El tiempo.Es la magnitud que permite ordenar los sucesos en secuencias, estableciendo un pasado, un presente y un futuro. Es la cosa más secilla del mundo pero que a la vez lo implica todo. Es uno de los pilares para cualquier ser, tanto sea persona, perro o geranio, hasta aquellas impresionantes amapolas amarillas que veo día trás día en el camino de vuelta a casa se basan en el tiempo. Nacen, crecen, florecen, llegan a ser realmente preciosas y dicen adiós a este mundo, se marchitan. Mueren.

Y hoy, una parte más del tiempo, de mi tiempo, volvemos a caer en el mismo andén, ese andén por el que pasará el tren que lleva pasando días que se convierten en semanas, semanas en meses y meses que acaban siendo años. Años de lo mismo, años con la misma mierda, años dando valor al "que dirán", al "hacer lo correcto", al "evitar hacer daño". Pero ya, me da igual lo qué digas, si hago o dejo de hacer lo correcto, y si te hago daño, te jodes, es así. No hay más. Te quiero muchisimo pero no te das cuenta, me prometes el cielo y ni siquiera llegamos a medio metro del suelo. Cambias cambias y cambias, y te crees que soy yo la que me alejo, la de las miradas hacia todos y hacia ninguno a la vez, y como no, te dedicas a seguir haciendo una inumerable lista de promesas, pensando que conseguirás sacarme esa sonrisa que sabemos que te gusta, la sonrisa del no te preocupes, siempre estaré aquí. No quiero seguir apuntando en esa lista, me he cansado de escribir.
Ahora, marcaré tiempo y cogeré un tren hacía el norte, el norte de ningún sitio, de cualquiera. Iré a contracorriente, si no te gusta, llora.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

¿Sentimientos?

Es un juego, es una manera sencilla de pasarlo bien, de entenderse. Un mundo de indirectas, de te quieros pero no sé hasta qué punto ni de qué manera, de desconectar, de poder pensar que a la otra persona le apetece lo mismo que a ti. No es ni sufrimiento ni competición. No son ganas de hacer daño ni de provocar dolor. Son momentos que hacen que los días se conviertan en algo diferente, son ganas de hacer algo cuándo y cómo te apetece.
Después toca la parte seria, a veces complicado, si, las mejores cosas de la vida lo son practicamente.
Se requieren un puñado de adjetivos, posiblemente inumerables, se necesita dejar de pensar, no dar vueltas a un mismo círculo, ser divertido, pero teniendo en cuenta las circunstancias de ambos. Porque, así, como decían hace muchos años, un camino sin obstáculos conduce a algun lugar que probablemente no vale la pena.
Y sí, lo escribo yo, porque es lo que pienso, porque apenas han pasado horas y lo echo de menos. Sé que no es el mismo juego para ti que para mí, que es algo complicado, que seguramente tanto jugar se me haya ido de las manos.
Lo siento, realmente, hay veces que no puedo evitarlo, sale solo, no controlo el punto exacto en el que se debe de parar, tal vez por cria, tal vez por pánico a poderte querer o sencillamente porque no soy capaz de sentir.

martes, 14 de septiembre de 2010

Hasta la próxima.

Último día antes de poner punto y final a todo esto. Última vez en la que podrás levantarte y decir "Buenos días, verano". No hay más. Es simple, toca reencontrarse con la rutina, buscar nuevas motivaciones para evitar en todo lo posible el aburrimiento, agarrar todo lo que te queda con ganas y seguir. ¿Conclusiones? Quizás.. ¿resumen?
Una idea, eso sí, Verano corto, nuevas experiencias, gente desconocida que entra, conocidos que deciden volver y otros, que pueden que estén entre ellos, que su estado se convierte en algo neutro. Bueno, lo de neutro es relativo. Pero ese tema tan poco querido por mucha gente no es el que pretendo contarte hoy.
Sólo quiero dejarte claro, que lo voy a echar de menos. Es algo de lo que no tengo ninguna duda.

lunes, 13 de septiembre de 2010

Changes.

Y cuando parece que ya nada tiene sentido y has cogido el último tren de camino a la frustración y al miedo, cuando la inseguridad se apodera de ti, absorbiendo a cada segundo tu último aliento de vida, sube a éste un pasajero, que te mira, te saluda, se sienta a tu lado y te escucha. Al mirarlo mi actitud cambia, borrando todo rastro de preocupaciones y sin sentidos. He dejado de vivir en el pasado, afrontando un nuevo presente y un futuro más pausado.
Al mirar por la ventana el sol deslumbra mis ojos, calentando mis mejillas, ¿dónde están las nubes que rondaban mis pasos?. Intento recordar algún rastro de miedo y no soy capaz de tener recuerdos frustrados. Hoy todo ha cambiado

domingo, 12 de septiembre de 2010

A ti.

Ven, siéntate a mi lado. No te alejes, necesito una distancia suficiente para poder sentirte, oir tu respiración, saber que aunque no te mire sigues ahí porque estas y estarás cerca. Ven, te voy a contar algo, probablemente es un secreto a voces, una historieta de esas que siempre andan diciendo que son leyendas urbanas. Ven, que te voy a susurrar al oido que te necesito.

sábado, 11 de septiembre de 2010

Toca cumplir deseos.

Buenas tardes, hay algo que antes debes saber. Quiero una cita contigo, tiene que ser a partir de las seis de la tarde, precisamente cuando el sol empiece a caer, no quiero ninguna copia, exigo una mínima idea de originalidad. No dudo que no sea fácil, pero siendo usted, no lo considero para nada complicado. Me gustan los detalles, ten en cuenta que la amapola amarilla y las rosas rojas o blancas son mis favoritas. Nunca antes me había podido permitir hacer una petición de un pequeño detalle, un ramo de flores, tampoco lo necesito grande, me bastaría tres o cuatro florecitas atadas con una cinta dorada, algo sencillo. Correremos por un césped grande, nos rebozaremos hasta que el color verde y la alegría hayan quedado impregnados en nuestro interior. Nos reiremos, tanto, que podremos llegar a bailar con la felicidad. También me encantaría que hiciesemos algo que a ti te apetezca, conocer tus gustos sería todo un placer para mí.Ahh, si, una última cosa, puede que la más importante, nos daremos un beso, sólo te pido uno, no estaría nada mal que fuera uno detrás de otro, pero con uno me sentiré conformada. Todo sea que te lo robe aunque si estás dispuesto, mi parte trasera del hombro estará a tu disposición. No tengo nada más que decirte, cualquier sugerencia estoy dispuesta a escucharla. Estoy completamente convencida de que será una tarde maravillosa.

viernes, 10 de septiembre de 2010

T.

Nunca me había llegado a plantear la hipótetica situación de conocerte, era algo así como un pensamiento, una idea o simplemente un deseo. Tal vez lo primero sea dejar de decir alguien que no eres, no eres su amigo, no vives en la misma ciudad que yo, más bien estás a 599 km de distancia. Y si, puede que las maneras por las que le conocí no serían las más seguras o las "comunes", pero... ¿ y qué? Es él. Tiene nombre y apellidos, y una vida hecha, sus problemas diarios, vamos, una persona más que habita dentro de un trozo de tierra llamado península. No sé si llegaremos a conocerlos, no tengo ninguna certeza de nada de lo que pueda ocurrir, es más, puede que de la noche a la mañana dejemos de hablar, nos enfademos o simplemente queramos perder el contacto. Claro que puede pasar, o quizás no. También está la pequeña posibilidad de que nos conozcamos, de que en algún momento pasees por las calles de Madrid por las que paso yo diariamente, me veas, me saludes y me cuentes cada una de las diferencias que encuentras entre tu vida y la mia. Muchas, eso si que no lo dudo, pero alguien me dijo que la belleza se basa en la diferencia, y en estos momentos, es una frase que me viene de anillo al dedo. Todo esto es algo que no me preocupa, tengo otra certeza aún mayor que la anterior, si hay algo contra lo que te tienes que chocar, lo vas a hacer, lo siento pero es inevitable.

jueves, 9 de septiembre de 2010

Lágrimas y desconfianza, mala mezcla.

Lloro. Ya he perdido la cuenta de cuáles son los motivos, esas pequeñas cosas que acaban formando un obstáculo que me quita hasta las ganas de respirar. Y si, ese camino de lagrimas me persigue, lleva unos cuantos días ya conmigo, cada vez que me encuentro sola en mi querida habitación morada. No creo que sea por algo que no haya conseguido, no lo considero causa suficiente para sentirme así. Esa barrera de impermeabilidad ha cedido, posiblemente haya sido un pequeño agujero, provocado por algo punzante, si, lo noto perfectamente. El problema es encontrar aguja y hilo para coser de nuevo, o valentía y fuerza para tomar la decisión de seguir hacia delante sin esa barrera. Aún no lo sé, aunque está claro que nada de lo que necesito en este momento está a mi alcance pero, sobretodo, la confianza.

martes, 7 de septiembre de 2010

Cartas.

Mes de septiembre. Cómo los últimos días te despiertas y intentas aprovechar el máximo tiempo entre las sábanas, haces una pequeña planificación del día, una lista de las miles de cosas que tienes que hacer aunque sabes perfectamente que no harás ni siquiera la mitad, pero como cada mañana decides proponértelo, ¿por qué hoy no?
Es hora de levantarse, coges un buen cuenco con cereales, el zumo y la leche. Enciendes la tele, para que una vez más, todo ese grupo de periodistas te recuerdes la preciosa "vuelta al cole". La apagas para evitar pensarlo más. Vuelves a la habitación, y ves, que como siempre está completamente desordenada, decides poner un poco de orden, es una ligera impresión de que a la vez que ordenas unos cuantos metros cuadrados estás también ordenando capítulos de tu vida, épocas...
Y revuelves, ordenas, buscas, las horas pasan, y te la encuentras. De repente, de forma inevitable una sonrisa se esboza en tu cara. Decides abrir esa carta que lleva tanto tiempo metida en el cajón, en el fondo. Inconscientemente pasan por tu cabeza miles de momentos, millones de recuerdos que parecían haber desaparecido, pero no es así. Pueden haber pasado años, desde que me la dieron, y para variar, todo lo que prometía, ahora es bastante diferente a la realidad.

domingo, 5 de septiembre de 2010

Tu amor, su amor..

¿Decido sentir? ¿Ahora, decido mantenerme al margen de cualquier tipo de sentimiento?
Estar fuera del resto del mundo, querer llegar a luchar por algo, realmente una motivación fuerte, que no te quite las ganas de comerte el mundo a pesar de que las consecuencias llegaran a ser catastróficas. Conocer que antepondrías sus intereses a los tuyos, que una mínima petición de ayuda te hace dejarlo todo. Al hablar, sólo le podían acompañar un sendero de lágrimas a sus palabras, aquellas que llegaban al corazón de cualquier persona que estuviera a menos de un kilómetro. Era ese rostro triste destrozado por un increible sentimiento de amor. Al fin y al cabo, esto también entra dentro de "enamorarse".

viernes, 3 de septiembre de 2010

Desconocido a la vista.

Ella entendía que los días se quedaban atrás, que cada segundo que hubiera pasado con el era un lejano y oscuro recuerdo, el cual finalmente dejaría de existir. Era puro y simple odio porque lo único que se planteaba era seguir viviendo en esos tiempos cuando conocía perfectamente que no le vendría bien de ninguna manera. Entonces, apareció él de la nada, con el grado de madurez un poco superior al de ella. La dedicó siete minutos exactos y se limito a decirle unas pocas palabras juntas, que quizás le ayudaran a encontrar una solución a todo ese cúmulo de decisiones y consecuencias. Sonaron lo suficientemente claras, "Sólo hay una cosa que si que te voy a decir, algo que te aseguro que es verdad, mentalízate de lo peor que pueda pasar, de que no vuelvas a ver su cara o de lo que sea, y trata de relativizarlo.
Es la única forma de vencer el miedo a la metedura de pata; si sigues con miedo como hasta ahora, al final acabará igual de mal que si te equivocas".