Perderse en la lluvia

Perderse en la lluvia

miércoles, 29 de septiembre de 2010

No engañes, no te engañes.

Tenía un brillo especial en los ojos, sus palabras sonaron realmente bien.

- La quiero, la quiero como nunca he querido a una persona. Me encanta su forma de hablar con ella, cuando se acerca a mi mesa y me cuenta cada una de sus batallitas, que si la tarde de compras, que si el chico al que tanto adora no la hace caso. Así diariamente, cuenta conmigo, me recuerda lo especial que llego a ser.

- Sabes que lo que hace es por una mentira, posiblemente ese cariño venga por mostrarle alguien que no eres. Esto no te va a llegar a ningún lado.

- ¿Por qué me desanimas a seguir con esto? ¿Acaso tú no has sentido algo similar? ¿No has sentido que esa persona que tanto quieres ni siquiera te mira?

- Realmente lo he sentido más de una vez, por eso te digo que no funciona. No puedes pretender que le gustes por alguien que no eres. Es sencillo, sin ser tú mismo no vas a llegar a ningún lado. Ahora te toca elegir, el fantasma de Diego, o Diego.

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