Perderse en la lluvia

Perderse en la lluvia

viernes, 10 de septiembre de 2010

T.

Nunca me había llegado a plantear la hipótetica situación de conocerte, era algo así como un pensamiento, una idea o simplemente un deseo. Tal vez lo primero sea dejar de decir alguien que no eres, no eres su amigo, no vives en la misma ciudad que yo, más bien estás a 599 km de distancia. Y si, puede que las maneras por las que le conocí no serían las más seguras o las "comunes", pero... ¿ y qué? Es él. Tiene nombre y apellidos, y una vida hecha, sus problemas diarios, vamos, una persona más que habita dentro de un trozo de tierra llamado península. No sé si llegaremos a conocerlos, no tengo ninguna certeza de nada de lo que pueda ocurrir, es más, puede que de la noche a la mañana dejemos de hablar, nos enfademos o simplemente queramos perder el contacto. Claro que puede pasar, o quizás no. También está la pequeña posibilidad de que nos conozcamos, de que en algún momento pasees por las calles de Madrid por las que paso yo diariamente, me veas, me saludes y me cuentes cada una de las diferencias que encuentras entre tu vida y la mia. Muchas, eso si que no lo dudo, pero alguien me dijo que la belleza se basa en la diferencia, y en estos momentos, es una frase que me viene de anillo al dedo. Todo esto es algo que no me preocupa, tengo otra certeza aún mayor que la anterior, si hay algo contra lo que te tienes que chocar, lo vas a hacer, lo siento pero es inevitable.

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