Perderse en la lluvia
martes, 21 de febrero de 2012
Nadie dijo que ser princesa fuera fácil.
Ella siempre quiso ser princesa. Pero no de las princesas con vestido rosa, zapatos de cristal, no necesita volar sobre la alfombra mágica, ni despertarse con un beso, ni tener que ir a por manzanas al bosque. Ella quiso tener un pelo ondulado, morena y con la tez blanca, quiso tener una mirada diferente, unos ojos llenos de ilusión, ser soñadora.
Quiso un príncipe, no ranas. Quiso tenerlo todo, quiso ganar y nunca perder. Y tanto quiso, que el país de Nunca Jamás se le quedó pequeño. Después de eso, ya no le quedó nada. Nada ni nadie.
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