Perderse en la lluvia

Perderse en la lluvia

viernes, 1 de octubre de 2010

Autoestima alta, no viene mal.


Esa eres tú, no yo. Yo no he sido la que ha cerrado las pocas puertas que aún permanecían abiertas, quizás si que te he negado una invitación para que vuelvas. Y claro, fui yo quien dio el paso para dejarte en evidencia delante del resto, pero no me lo consideres una maldad, al fin y al cabo tu me forzaste a hacerlo, te lo estabas ganando a pulso cada día. Mentiste, nos utilizaste de segundo plato y pretendiste un perdón. Lástima, sólo fue conmigo con la que tu jueguecito no funcionó, será que nunca pude confiar en ti. Sabes lo peor, que yo tengo las llaves de la sala, ahora me toca elegir quienes entran y también todos los que se quedan fuera. No me consideres manipuladora, no lo soy, me limito a mostrarte realidades. Siento que no te dejen de decir lo mucho que te pareces a mi, o lo parecidas que podemos llegar a ser, pero no te equivoques, te llevo unos cuantos kilómetros de ventaja.

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