Perderse en la lluvia

Perderse en la lluvia

martes, 22 de noviembre de 2011

Terminaron las ruinas.

Absurda es la idea de complacer al mundo. Somos totalmente precedibles por aquellos que nos conocen, nos equivocamos y no tenemos la pequeña capacidad de la empatía. Claro, a nuestros ojos, todo se ve bien.

Llevo aproximadamente tres días sin tiempo ni para respirar con un único propósito. Lo malo de la realidad, es que todos esperamos algo de otros, lo malo de poner los pies en la tierra es que en algún momento nos decepcionamos o fallamos a otros y lo malo de vivir entre corrientes de mares que nos llevan de un lado a otro es que acabaremos estrellados en un gran Iceberg. Y qué difícil es seguir cuando adoras la perfección.
Ahora, en cambio parto de suerte y de que el uso de la partícula "no" en ciertas ocasiones es lo más correcto.
Porque siempre podrás sacarme errores, uno tras otro, hay miles detrás de cada una de mis palabras. Y yo, no puedo evitarlos, no puedo hacer magia de la nada. No soy una máquina y no soy capaz de hacerles feliz a todos. No soy ni mejor ni peor, pero no siempre puedo ser lo que esperen de mí, ni lo que a tí te gustaría, ni dejar de preguntar, soy impertinente y cotilla, no voy a esforzarme en cambiar.

Y si nadie me quiere, plantaré trigo en el campo y viviré del aire.

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