Perderse en la lluvia

Perderse en la lluvia

jueves, 8 de diciembre de 2011

No hablo de cualquiera.


Sí, es él. Ni alto ni bajo. El chico desconocido que se sienta en la última fila de clase. Nadie habla de él pero es conocido por todos, tiene amigos, aunque no es popular. No resalta entre la multitud pero su inteligencia es valorada. Se podría decir que es el típico chico que no llama la atención, ni siquiera de la persona más curiosa. Pasa percibido por causas desconocidas. Y tú, sabes que está ahí pero pasa desapercibido hasta que deja de hacerlo. No pretende captar tu atención, en cambio tu mirada le sigue. Detallista y atento. Le tomas por "friki". A la vez, misterioso e interesante.
Un chico del cual no te habrías fijado si no hubiera levantado la mano para poder opinar acerca de lo que se hablaba en clase, o lo que hablaban unos cuantos. Su perfecta intervención y la visión tan sumamente amplia de la sociedad dejó atónito a más de uno. Era impresionante como ese juego de palabras con tanta delicadeza sonaban a gloria. A leguas se percibía que era especial, distinguido del resto de chicos de su edad. Alguien con el que la confianza y la tranquilidad se servían en plato grande. Alguien encantado de ayudarte a cambiar lo que no te gusta. Alguien deseoso de ser tu compañero, sin traiciones ni beneficios. Así, tan sencillo y natural. Él.

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