Perderse en la lluvia

Perderse en la lluvia

domingo, 18 de diciembre de 2011

Diferencias entre ayer y hoy.

Tal vez fue porque pensé que a partir de ayer todo había cambiado, en el momento en el que te vi y me puse a sonreír como una idiota en el final del último autobús del día. Porque supe justo en ese instante, antes de acabar de sonreír, que ya no había marcha atrás, que esto había llegado lo suficientemente lejos como para no poder renunciar a todo. Te habías colado hasta en los sueños, poco a poco ibas formando un gran hueco en mi querida rutina. No hay que ser muy lista para saber que esto tiene tus huellas, que no sé exactamente qué me has hecho que me haya dejado así, creyendo en cosas que antes no creía, valorando lo que días atrás parecía insignificante, viendo más allá de la línea que era antes un muro el cual no se sobrepasaba. Porque es curioso, y a la vez suena estúpido pero nunca, nunca, había creído en nadie como creo en ti. No sé como llegas a ser mi depósito de confianza. Y después de todo, ¿cuántos minutos he pasado a tu lado? ¿por qué sé que va a ser inevitable echarte de menos? ¿Y por qué quiero darte un abrazo cuando acabo de darte uno?

Que no sé por qué pero así, todo suena mejor.

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