No es momento de lamentaciones. De hecho, no pretendo que ninguna lágrima te acompañe durante más de un par de horas. Es hora de marcarte un planteamiento. Claro, algo firme y que sea capaz de sostentarse a pesar de cualquier imprevisto hasta de los de última hora, de esos que no dejan en vano a nadie, de los que van directamente a la yugular, sin pensarselo dos veces. Más bien, ni siquiera una.
Y cuando estés tan segura de que lo tienes, pasa a la práctica. Vives esos instantes, sé capaz de saborear mentiras, y mejor aún, toca con tus propias manos la cumbre. Pero hay algo fundamental, utiliza ese caparazón que llevabas meses y meses forjando, ya, después, haz lo que quieras, lo que más te apetezca en cada momento. Ten en cuenta que si estás decidida a borrarlo todo, hazlo. Yo realmente te animo, me parecería algo admirable.
No hay comentarios:
Publicar un comentario