Perderse en la lluvia

Perderse en la lluvia

miércoles, 25 de junio de 2014

La definitiva.

¿Qué hacer cuando se acabaron las oportunidades? ¿Qué hacer cuando te das cuenta de que todo no salió como estaba previsto y que nunca será como soñaste? ¿Y cuando te la jugaste a un “todo o nada” y salió un enorme vacío, un agujero negro de los grandes? Es fácil. Se apaga la luz. Se cierra el telón. Se acaba la función. Y te vas. No te quedas esperando a la salida a ver si hay suerte, ni compras entradas para el próximo pase. Te vas. No pretendo remover los fantasmas del pasado, ni tuyos ni míos, que esos están muy bien guardados en su cajón del olvido.

Pero se acabó. No quiero volver a sentir que se me mueve todo por dentro cada vez que apareces y echas esa media sonrisa que sabes que me encanta. No quiero irme a dormir pensando qué estarás haciendo, o cuál será esta vez el motivo por el que no me das las buenas noches. O saber que con quien te estés riendo ya no soy yo. Y puede que no funcione, seguramente echaré de menos tus ánimos cuando nadie sabe calmar mis nervios, ni yo misma, o los chistes malos en los momentos de silencio incómodo. O tus ganas de mandarlo todo a la mierda, o las largas horas de estudio en tu compañía.

Sin embargo, sé que aún perdiendo eso salgo ganando. Gano unos 200 gramos de salud mental, un par de puñados de estabilidad emocional, y qué narices, felicidad en cantidades industriales. La vida en el tren de la montaña rusa de tu estado de ánimo me ha dejado de convencer como forma de vida, que cada bajada son unas veinte arrugas dentro de cuarenta años.

Y no me despido de ti, bueno, indirectamente por aquí lo estoy haciendo. Sí por algún casual, algún día pasas por aquí, deberías saber que hoy es el día de la despedida. Como una sabía canción dice "Ya ha comenzado la cuenta atrás, se acabará. No es que no me importe, es que simplemente sé que lo hará." Por eso, a partir de ahora te haré ver que te olvido, y te acabaré olvidando. De verdad. Gracias por hacerme sentir increíblemente bien, y de nada por ser la diana de tus malas formas. Solo recuérdame y recuerda lo que solíamos ser.

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