Perderse en la lluvia

Perderse en la lluvia

miércoles, 11 de abril de 2012

Todo lo que podríamos haber sido tu y yo si no fuéramos tú y yo.

El invierno aquí, en Madrid, empieza a decirnos adiós, aún así, el frío sigue paseando por las grandes avenidas de esta enorme ciudad. Y cada mañana, con el vaso de café, leche y dos azucarillos, la bufanda color mostaza, seguía recordando su voz, el olor de sus camisetas básicas, las negras sobretodo. Habían pasado casi dos años desde la última vez que nos vimos, y después de todo este tiempo a pesar de los cientos de giros que había dado mi vida buscando un rumbo que me asegurara una pizca de felicidad me seguía acordando de él, al menos una vez a la semana, los domingos los que más. Seguía pensando que el lunes volvería a ver los ojos impregnados de sueño. Creía que me había olvidado de algunas cosas, de los pequeños detalles. De sentir, a veces. Pero parece que no, a pesar de que la memoria sea una máquina defectuosa. Hay experiencias inolvidables por lo que fueron y por quienes las compartieron.

1 comentario:

  1. la memoria sea una máquina defectuosa?
    uhmmmmmmmmmmmmmmmm
    Analice su frase, si le parece bien.

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