Perderse en la lluvia

Perderse en la lluvia

viernes, 24 de junio de 2011

No sé por qué lo dejé.

Lo siento, dejé de escribirte por pasar a convertirme en una estúpida. Lo dejé de hacer por la ilusa creencia de dejar de tenerte en mi cabeza. Lo dejé para evocarte el menor tiempo posible en mi cabeza, por dejar de fabricar los pequeños y absurdos planes de futuro y tener la ilusión de plasmarlos en papel. Lo dejé para alejar todo aquello que me tenía unida a ti.
Y no ha surgido efecto, solo ha sido un error, una pausa para volver a empezar. Y por eso lo hago.
No sabría ni cómo empezar, tengo mucho que contarte, muchas respuestas a preguntas que tú un día hiciste. Quiero compartir lo que la distancia no quiere que tengamos.
Te he echado de menos. A ti, al olor de tu pelo, a la suavidad de tu piel, a tus ganas constantes de sonreir, a tu sonrisa mañanera y cómo no a la nocturna, a tus enormes zapatillas estilo "grunge". Este fue el motivo por el que decidí que cada día me contaría a mí misma de lo que me hablabas todas las noches mientras que me fumaba el último cigarrillo del día antes de dormir. Y así, me daba cuenta, día tras día, de que todo eso lo había olvidado, no era capaz de rememorarlo, tus palabras se habían disuelto, o quizás nunca habían existido. Aquí estoy, y estoy cerca de ti. Quiero que me lo cuentes todo, porque esta vez mis oídos sí que están atentos.



Maldita rutina, no aprendí a dejar de hacerme daño.

2 comentarios:

  1. Probablemente y sin que pase demasiado tiempo, entenderás esta frase que te regalo:
    "Y no es engañarse una misma. Es que hay veces en las que la memoria se hace amiga de la imaginación."
    P.D.: Enhorabuena por tu blog, la foto...preciosa.

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  2. Muchas gracias por el comentario, me alegro que te guste el blog.
    Me gustaría saber quien eres, y la frase creo que está entendida a la perfección.

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