Perderse en la lluvia

Perderse en la lluvia

miércoles, 12 de enero de 2011

Sin motivo, pero les necesito.

No sé ni cómo ni por qué me encontraba en un pequeño camino con algunos matorrales y arbustos en los alrededores. Tampoco sabía como era posibleque mi mano izquierda sostuviera una botella de vodka ni por qué a mi mano derecha estaba agarrada mi querida compañera de fiesta. La miro, es rubia y bastante atractiva. Desconozco el motivo por el que no para de reirse. Aún así lo sigue haciendo.
Al final del camino hay unas escaleras, cerca de allí se oye algo de música y risas. El tono de voz de quien narices estuviera hablando era considerablemente alto.
Nosotras seguiamos avanzando, llegamos y en frente nuestra había una pequeña fiesta montada. Se podía leer un "Feliz cumpleaños" en un cartel.

En un momento me limité a mirar con detenimiento a la gente que estaba ahí. Todas y cada una de las caras eran conocidas, más bien bastante familiares. De repente, me dí cuenta de todo. Era el lugar de siempre, cierto, también sonaba la típica canción que solemos sintonizar en los cumpleaños, y como no, las carcajadas eran de los mismos. Allí se encontraban los de siempre, ellos.

Lo extraño fue que entre tantas risas, solo era capaz de sentir una sensación de añozanza. Y ahora, todo se vuelve otra vez nublado y cuando consigo volver a la claridad, no estoy más que sentada frente al ordenador recordando.


Los de siempre. ¿Dónde están? ¿Volverán? Yo al menos, confio que algún día.

1 comentario:

  1. Es perfecto, de verdad! me encantó. Es muy muy cierto :)
    un abrazo!

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