Perderse en la lluvia

Perderse en la lluvia

sábado, 5 de enero de 2013

New Year's Eve.



Otro año más. Uno más a la espalda, pero un año especial. Un año de cambios, de idas y venidas, de un "no poder abarcarlo todo", de un "quiero y no puedo", de un "no quiero y debo". Un año con una mezcla agridulce de momentos realmente maravillosos, y de momentos demasiado duros.
Pero no hay nada mejor que dar marcha atrás, que retroceder justo a hace un año. Hacer la típica revisión que se hace entre colorete y pintalabios justo antes de ir a la última cena del año. Y creo, más bien, estoy prácticamente segura de que todo pasa por algo. Si este año ha sido el mejor y el peor, si he conocido a gente que desconocía, y he desconocido a gente que creía conocer es por algo. Y ese algo es el motivo que me hace levantarme todos los días, no solo los días que abarca el 2013 sino todos los días de mi vida. Vivir con esa incertidumbre. Vivir pensando que no debes dejar lo que quieres. Vivir pensando que el amor mueve el mundo. Y vivir pensando que lo puedes llegar a tener todo al alcance de tus manos. Porque tú, yo y todos somos capaces. Porque ser capaz, o incapaz está en ti. Y ahora sí, cojo el 2013 con ganas. Con muchas ganas. Porque un buen año no es cuestión de suerte, es cuestión de actitud.

"Y alzo el vaso lleno de los momentos más vividos y brindo para que las mejores noches se hagan eternas"


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